Conversaciones en La Habana: Laboratorio de Paz

Hernando Vanegas, Blog Postales de Estocolmo.

22 marzo 2013

Las FARC han estado adelantando « laboratorios de Paz » en la medida en que han tenido conversaciones con el gobierno oligárquico de turno. Han ido, con su metodología marxista, realizando el « análisis concreto de la situación concreta » tan socorrido y han ido mostrando que se pueden ir « aproximando » puntos de encuentro ante una oligarquía que solamente ha mostrado la violencia y la represión como forma de solucionar los conflictos.

Los Acuerdos del « Cese de Fuegos » entre las FARC y el gobierno de Belisario Betancour abrieron la puerta para mostrar a los colombianos que la Paz requería grandeza y aplicación. El ensayo de la Unión Patriótica (U.P.) fue un gran laboratorio de Paz político que fue acabado a punta de plomo y asesinatos, masacres, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales y desplazamientos. Al presidente Betancour se la abona el hecho de haber « mirado más allá de sus narices » y la nostalgia que deja entrever su declaración por la ausencia del comandante Manuel Marulanda es prueba de que entre « enemigos » se pueden construir lazos más fuertes que el odio de clase.


Las FARC-EP habían adelantado en el Caguán un importantísimo laboratorio de Paz al realizar las Audiciencias Públicas con amplios sectores de la vida nacional. En ellas fueron dándose cuenta del verdadero querer del pueblo y las necesidades insatisfechas que originaron el conflicto les mostró que es mucho lo que el concurso de los guerrilleros podría hacer para modernizar el país. Al tiempo lo verdaderamente valioso del Caguán fue haber mostrado al mundo cómo es que se hace ”democracia” en la práctica. Allí miles de líderes plantearon sus puntos de vista sin cortapisas de ninguna especie. Allí tods y cada uno de los participantes vivieron y practicar la « democracia socialista ».


Estos laboratorios se han ido convirtiendo en el « acumulado histórico » de las FARC que les permite mirar el futuro con optimismo. Ellos saben que « más temprano que tarde » la oligarquía en el poder tendría obligadamente que sentarse a discutir y en ocasiones a dialogar, las soluciones de los problemas que dieron origen y perpetúan el conflicto interno colombiano. Desafortunadamente las conversaciones en La Habana se dan después de haber sido asesinado su comandante Alfonso Cano y más de 10 o 20 mil muertos más, como bien dijera éste en Caracas. Esa es una deuda importantísma que tendrá que pagar la oligarquía.


Las FARC-EP llegan a La Habana mucho más que convencidas de la necesidad de forzar acuerdos porque como decía su comandante Jacobo Arenas, « el futuro del país no puede ser la guerra civil ». Los guerreristas en el gobierno colocaron toda suerte de trabas al proceso, incluso la muerte de Cano fue la más grande provocación de la oligarquía para sabotear la invitación hecha por éste : « Sentémonos, hombre ».


Los augurios no eran los mejores. Por el simple hecho de encabezar la delegación Humberto de la Calle se pensaba que este nuevo experimento estaba condenado al fracaso. Mas las FARC-EP amarró sus delegados y los del gobierno a la Mesa de Conversaciones. « Nos nos levantaremos hasta haber logrado un Acuerdo », fue su máxima. Por su parte, del lado gubernamental, como « a todo caballero, todo honor », De la Calle ha aportado su grano de arena y ha manejado situaciones espinosas con mucho tacto, quizás con la experiencia que le da la madurez. Y ahí están. « Contra viento y marea » discutiendo, dialogando, llegando a acuerdos. Lástima que en Colombia todavía la confrontación todavía produzca muertos de parte y parte. Mucho más lamentable es que todos los muertos son hijos del pueblo. No es hora de « cesar ambos fuegos » ?

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