La clave está en la movilización de masas


Allende La Paz, Cambio Total.

18 marzo 2013

Los colombianos estamos acostumbrados a la marrullería de la oligarquía en el poder. Ha sido una constante histórica que los gobiernos de turno lleguen a las regiones, prometan « lo habido y lo por haber » y después, « si te ví, no me acuerdo ». Si no apenas recuerden los damnificados del invierno que les tocó « diluirse en el agua » y lo verán en los damnificados que vienen por éste invierno.
Por ello, en las actuales conversaciones en la Mesa de La Habana las FARC han sido en « extremo cuidadosas », como dijo Andrés París ayer no más. Y es lógico que la guerrilla le exija al gobierno « voluntad de cambio », ya que la oligarquía –JMSantos incluído – nunca ha tenido ni un ápice de voluntad de cambio. O sí, a veces cambia cosas, pero para bien de la oligarquía y para peor del pueblo.
La oligarquía « cambió » un articulito para beneficiarse ellos. Si algún día ese articulito cambiado favorece a las fuerzas populares la marrullería de tahúr los llevará a tratar de desconocerlo o cambiarlo, para lo cual tienen a las Cortes y al Congreso. Y es que la oligarquía solamente tiene para el pueblo una política de estado, la guerra. Para los oligarcas –financistas, empresarios, terratenientes, ganaderos- tienen todas las políticas « habidas y por haber » : exención de impuestos, préstamos blandos (AIS es sólo un caso), repartición de tierras baldías, etc, etc, políticas que les hace la vida « más amable » a la oligarquía parásita.
Al pueblo, todo lo que ha conseguido, ha sido a fuerza de lucha, de movilizaciones, de paros, etc. Nunca ha habido una política que le haga la vida « más amable » a los trabajadores. Por el contrario, desde los medios en poder de la oligarquía siembran en el ideario colectivo que los pobres son « flojos ». Que los indios son unos perezosos, que los negros son unos « buena vida », que los mestizos heredamos lo peor de los españoles, la pereza, y así un infinito etc.
Por ello, el pueblo muy sabiamente ha respondido a la « combinación de las formas de luchas oligárquicas », es decir, hambre, represión, engaños, politiquería, etc, con la « combinación de las formas de luchas populares », es decir, organización, unidad, movilización, y todo confluye en las « acciones de masas ». Si los estudiantes de la MANE tienen una propuesta para la Educación para poder hacerse oir tienen que « irse a la calle ». Si los trabajadores tienen un pliego de peticiones que mejoran sus condiciones de vida y de trabajo tiene que irse al paro y a las manifestaciones. Si los campesinos quieren adelantar un proyecto como las zonas de reserva de reserva campesina tienen que irse a las acciones, a la movilización de masas. Si los caficultores sienten que también ellos han sido abandonados por el estado tienen que hacer un « paro cafetero ». Si los cañeros tienen un petotorio tienen que empezar planteando un paro para que los escuchen. Y para colmo vemos a los gobernantes gritando que « están infiltrados por las FARC ».
Y lo increíble es que para que el gobierno cumpla los compromisos adquiridos el pueblo tiene que estar presto a la movilización de masas. Por ello, la « movilización de masas » es la única garantía que tiene el pueblo para que sus demandas sean realmente satisfechas. Con razón siempre se ha planteado « lucha de masas, acciones de masas, y nada de aventuras ».
Hoy las FARC-EP están exigiéndole al gobierno ”voluntad de cambio”. Lo que en carta blanca significa que el gobierno debe comprometerse –y llevar a la práctica- los Acuerdos a que se lleguen en La Habana. Las FARC-EP y el gobierno son los acordantes de solución de las causas del conflicto interno en la Mesa de La Habana y el pueblo, con su accionar de masas, son los verificadores de que esos acuerdos se están cumpliendo en la práctica. 
Bien hacen las FARC en involucrarse –ahora y siempre- en las acciones de masas –reuniones, manifestaciones, paros, en todas las movilizaciones populares- que realiza nuestro pueblo por construir un Nuevo País, en Paz con justicia social. Esa sintonía pueblo-FARC será la garante de que los Acuerdos logrados en la Mesa de Conversaciones de La Habana no se conviertan en « letra muerta », cosa a la que apuesta el gobierno y la totalidad del estado burgués colombiano.

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