Vivir la Paz en Paz

Estocolmo, 28 de diciembreTenemos que aprender a resolver los problemas de otra manera, de manera civilizada. Si lo logramos, entonces, podremos vivir la paz en paz. 
Hernando Vanegas, Postales de Estocolmo.

28 diciembre 2012

Hemos escuchado y leído en algunos medios la pregunta de si « los colombianos sabrán qué es la Paz, más allá de una ausencia de violencia » ? Intentaré dar una respuesta, que como todo lo que hace el ser humano está signada por la incompletitud de sus actos, afortunadamente.

Yo vivo en Suecia, expulsado de mi país primero a Costa Rica y después a Suecia por la persecución estatal, en los últimos tiempos adelantada por el DAS de Jorge Noguera Cotes y Uribe Vélez. Costa Rica es un pequeño país, pobre, que por la visión de sus líderes –comunistas, iglesia y de derecha- decidió que no necesitaban ejército. Esa decisión los llevó a vivir en paz, con todos los problemas que se derivan de vivir en un país capitalista dependiente.
Suecia, contrario a Costa Rica, es un país desarrollado que vive un modelo que su líder histórico, Olof Palme, llamó de « Socialismo Democrático » en los últimos años de su vida –por ello fue asesinado- y ha hecho innecesario el uso de las armas para dirimir los conflictos que se dan en una nación desarrollada. En Suecia no hay mendicidad, todos tienen para subsistir si quedan sin trabajo, todos tienen acceso a la salud, la educación es gratuita, los niños y los ancianos están en primer lugar en la atención que dispensa el estado y todos pueden militar en la organización que le dé la gana, política, sindical, comunal, etc, y a nadie asesinan por sus opiniones. Eso sí, todos, absolutamente todos, pagan impuestos.
Colombia, por el contrario, es un país de enorme desigualdades sociales, con un presupuesto de guerra muy alto (6,3% del PIB) y unas fuerzas militares de 500.000 unidades, realmente hipertrofiado para las necesidades de defensa del país. En la base de esas inequidades sociales está la guerra adelantada por los sectores en el poder.Por ello, los índices colombianos son realmente dramáticos. Un 70% de colombianos son pobres -el gobierno sólo reconoce 49,9% y ahora con el presidente Santos « bajó » a 37%-, no hay salud para toda la población ; no todos los colombianos tienen acceso a la educación –se habla de 2,3 millones de niños por fuera del sistema escolar-, y la mortalidad infantil es tal que sólo es superada por los país extremadamente pobres de América y está por los 17 por mil nacidos vivos.
A los colombianos se les ha enseñado a resolver los conflictos mediante el uso de la violencia. El maestro ha sido el Estado. Por ello los colombianos fueron perdiendo confianza en la justicia y se la tomaron en sus manos. Cualquiera manda a matar a cualquiera, o lo hace él mismo. La impunidad para los actos estatales es supremamente alta, algunos investigadores hablan del 98% de todos los actos criminales están en la más absoluta impunidad.
Si algún partido político, organización sindical o barrial lucha por sus derechos es calificado de « comunista » antes, hoy de « terrorista », al cual hay que exterminar. Se aplica la pena de muerte extrajudicialmente ya que en Colombia está prohibida esta sanción. Así hicieron el genocidio de partido político alguno que registra la historia mundial. 5.000 líderes de la U.P., fueron asesinados porque en ella participaron las FARC.
O sea, los colombianos no hemos vivido un instante de Paz en toda su historia. Por ello hemos planteado que se desarrolle la más amplia pedagogía de la Paz, utilizando los conceptos de « desaprender lo aprendido y apre(he)nder una nueva visión paradigmática ». Tenemos que aprender a vivir en Paz. Tenemos que aprender a resolver los problemas de otra manera, de manera civilizada. Si lo logramos, entonces, podremos vivir la paz en paz. 

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